Von der Wettern ya ni va a la agencia que ella misma fundó

Fue la crisis más grave del sector de las PR en Argentina. Empezó la noche del Día de la Mujer de 2018 y fue creciendo hasta llevar a una de las más emblemáticas y prestigiosas consultoras de relaciones públicas de la Argentina a una convocatoria de acreedores y a una reducción de su envergadura a una mínima expresión.
Pero Personally sobrevive, aunque hoy sea una sombra de lo que fue. Hoy sus dueños, la fundadora Alicia von der Wettern, y el CEO y protagonista de la crisis, Marcelo Altuna, no quieren hablar ni en off the record. Altuna sigue al frente de una mucho más reducida Personally, y von der Wettern, directamente retirada de la gestión diaria.
Hoy unas cuantas ex empleadas de la que alguna vez fuera la mayor usina de profesionales de comunicación para las empresas en Argentina están haciendo cola para terminar de cobrar sus sueldos y liquidaciones.
Cómo empezó todo: una ex empleada, Guadalupe Alvarez, reaccionó airada a un inofensivo post de la esposa de Altuna, Andrea Canónica, con motivo del día de la mujer, increpándola por presuntas actitudes de acoso sexual y laboral de su marido y CEO de Personally.
A ese post se sumaron cientos de quejas de mujeres e incluso algunos hombres haciendo referencia a maltrato laboral e insinuaciones.
La propia Alvarez luego admitió no haber sufrido nunca una situación de acoso sexual ni laboral en lo personal, pero refirió que conocía a muchas colegas que lo habrían padecido. La tormenta de posteos en Facebook sobre Altuna, una persona obviamente conocida por el periodismo, llevó a que tanto él como su socia, von der Wettern, se convirtieran de golpe en foco de atención de los medios masivos: una verdadera crisis de imagen, de esas que la consultora era asesora especialista cuando se trataba de sus propios clientes.
Cabe aclarar que, según nuestros conocimientos, ninguna de estas denuncias mediáticas y de redes sociales llegaron a la justicia ni prosperaron más allá de las redes sociales: fue una verdadera tormenta en un vaso de agua, pero que generó un verdadero tsunami para la agencia.
Acto seguido comenzó una dolorosa sangría de cuentas importantes que no querían verse involucrados en un escandalete “políticamente incorrecto” en donde se menciona el término “acoso sexual” por más que nada se haya probado en la Justicia: Dow, IBM, General Electric, Arcor, Mastellone, Newsan, Tetra Pak, Alsea, Sura: fueron algunas de las grandes empresas que dejaron de trabajar con Personally, en momentos en los que ya varias estaban en duda de seguir por estar en proceso de licitación de agencia, como Banco Itaú y el gigante mediático Turner.
Pero la caída de Personally no solo se debió a la crisis en sí. El issue acoso sexual se convirtió en un tema muy delicado, y todas las empresas se están cuidando de manera extrema de caer en ese tipo de crisis. La crisis de Personally puso al Consejo Profesional de Relaciones Públicas en guardia, y a más de una consultora y empresa a revisar sus políticas y procesos internos para lidiar con ese problema, que hasta hace un par de años no solo no era un issue, sino parte del folklore del día a día en oficinas tanto públicas como privadas.
Pero el golpe mayor a Personally lo dio el propio desmanejo de la crisis de la misma agencia especializada en comunicación empresaria y de crisis: la propia von der Wettern había anunciado con bombos y platillos que Altuna había sido relevado de su rol de CEO y que ella reasumía la conducción de la agencia que había fundado hacía un cuarto de siglo para reestructurarla y convertirla en un mejor lugar de trabajo: en casa de herrero, cuchillo de palo.
De hecho, en una nota con Revista Imagen, von der Wettern anunció pocos días después de la crisis que ella convertiría a Personally, ya sin Altuna al frente, en una agencia mejor, y les pidió unas semanas de paciencia a las empresas.
Sin embargo, Altuna no pudo con su genio y a los 20 días decidió volver a conducir la agencia, y varios clientes perdieron la paciencia. Con Altuna nuevamente al mando, a muchas cuentas tradicionales se les hizo insostenible seguir contratando a Personally: así se fue una segunda camada de cuentas.
Actualmente Personally mantiene algunas de sus cuentas, como la alimenticia Vicentín, la láctea Sancor, la cervecera CCU y Iron Mountain, y tuvo a su cargo el manejo de la crisis de la ahora cerrada confitería marplatense Boston, que, por ser un establecimiento tan tradicional de la ciudad balnearia, tuvo mucha repercusión mediática.
De las hasta 60 empleados que supo tener años atrás, hoy trabajan en Personally unos 10. La buena noticia es que fuentes cercanas a los empleados aseguran que Altuna hace un esfuerzo notable por dominar ese temperamento que no solo le valió críticas en las redes sociales de mujeres por insinuaciones, sino incluso hasta de varones por maltrato laboral.