López Obrador y la tentación de señalar a los empresarios como enemigos del pueblo

Argentina es uno de los pocos países del mundo que pudo sacarse de encima de manera democrática y no traumática a su populismo. Si bien para las elecciones presidenciales de 2019 abren una nueva incógnita de si vuelve o no al poder la autócrata Cristina Fernández de Kirchner, solo hay dos ejemplos comparables: Brasil, donde ni Lula da Silva ni Dilma Rousseff aspiraron a “ir por todo” y practicar la censura como el kirchnerismo. El otro ejemplo es Ecuador, donde el vicepresidente del dictador populista Rafael Correa ganó pero inmediatamente propició un cambio de régimen hacia un sistema más democrático.

Los analistas esperan que el sexenio de Andrés Manuel López Obrador en México no tendrá las aristas totalitarias del kirchnerismo y se parecerá más al del PT en Brasil, sin embargo, en la dialéctica del nuevo mandatario azteca izquierdista, las empresas son parte de esa suerte de “coalición del mal contra el pueblo” que tanto recomendaba inventar el sociólogo argentino-británico Ernesto Laclau, padre intelectual del nuevo populismo.

En este marco, la consultora regional The Jeffrey Group invitó al argentino Diego Campal, su director de la oficina porteña y a la vez líder regional de la práctica de Asuntos Públicos de la agencia, para transmitir a dircoms mexicanos algunas lecciones de 12 años de kirchnerismo en Argentina.

Algunos puntos salientes:

* “Los líderes populistas buscan establecer un vínculo directo con el pueblo, al cual vienen a defender de quienes lo llevaron a la pobreza y lo tuvieron postergado. La creación de un “enemigo”, una entelequia lo más abstracta posible, que sea el responsable de los sufrimientos del pueblo y que se mantenga al acecho”.

* “Desarrollar capacidades para profesionalizar los vínculos con el Estado debería ser una prioridad. El mayor intervencionismo hace que este Estado se convierta en un jugador económico de relevancia y con múltiples facetas, con el que las compañías deberían saber tratar, ya que tiene una lógica diferente al de cualquier otro cliente”.

* “Saber correrse de los ejes de conflicto y mantener un buen vínculo y canales de negociación con el gobierno significan mejores oportunidades para los negocios. En muchos casos, los líderes populistas tienen discursos de lucha, muy fuertes en sus conceptos y de confrontación casi absoluta, que luego no se condicen con la misma virulencia en los actos de gobierno”.

* “Si bien los discursos pueden ser pro nacionalistas y en contra de las corporaciones, los regímenes populistas comprenden que el aparato productivo es necesario para alentar el consumo y mantener a las clases populares con la sensación de bienestar y progreso”.

* “Los populismos tienden a mejorar la situación de las clases sociales más postergadas, inyectando nuevos consumidores al mercado interno… Pensar en oportunidades de negocios para la base de la pirámide social puede ser una buena opción dentro de las estrategias corporativas”.

* “Es fundamental para las compañías mantenerse atentos a la evolución del mapa de medios y comprender y adaptar sus mensajes en función de este entorno, para evitar caer en un conflicto que le es ajeno”.

* “El rol de las cámaras empresarias también es un punto por explorar…. Aquellas entidades que busquen confrontar, pasarán inmediatamente a formar parte de los “enemigos” y sus posiciones contrarias a políticas oficiales solo le confirmarán al gobierno que va por el camino correcto”.

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