Como en la actualidad, en aquel tiempo los españoles necesitaban estar comunicados, contar lo que estaban conociendo, informar a sus reyes de lo que estaban conquistando y recibir órdenes y noticias de sus compatriotas.

Fueron necesarios sólo 22 años desde el descubrimiento de América por Colón, para establecer el primer Correo Mayor de Indias con sede en Lima, el 14 de mayo de 1514. Este debía disponer de la recepción y entrega de la correspondencia de las colonias. Pasó un poco más de dos siglos y España, bajo el reinado del Rey Juan Carlos III, decidió indemnizar al Correo Mayor, Don Fernando de Carvajal y Vargas conde de Castillejo, y el servicio postal pasó a formar parte de la colonia española.

La historia siguió su curso, el Río de la Plata demostraba que en su nombre no había una metáfora. La actividad comercial crecía sin parar y esto exigía la instalación de un servicio postal en Buenos Aires. Fue así como Domingo Basavilbaso (1709-1775) logró la autorización para establecer en Buenos Aires correos fijos a cargo de un teniente del Correo Mayor, designado por el titular de Lima. El servicio comenzó a prestarse el 1º de julio de 1769. Con el tiempo, Basavilbaso fue mejorándolo hasta llegar a extender las carreras de postas uniendo Buenos Aires con Potosí y luego con Santiago de Chile. De esta forma, el correo posibilitó que los hombres y mujeres que habitaban las colonias estuvieran comunicados.

En nuestro país, el correo fue organizándose casi a la par del resto de las instituciones. Durante el período revolucionario de mayo de 1810, el correo desempeñó un papel imprescindible para el nacimiento de la patria, llevando partes y órdenes de la Primera Junta, difundiendo bandos patrióticos con las ideas de mayo. El primer administrador de correos nombrado por la Primera Junta de Mayo fue Don Melchor de Albín en junio de 1810.

Teléfono: (54 11) 4891 9191

Página web: http://www.correoargentino.com.ar/

Consultora

Verbo Comunicación